viernes, 28 de marzo de 2008


Sé que tienes un hueco para mí debajo de tu cama, pero me dan miedo los monstruos que hay en tu mesilla de noche. Encienden la lámpara de madrugada y ponen la radio. A veces hasta me cambian de hora el despertador. Creo que podrías caber en el cajón que me sobra en el armario. Tendrías que compartir con los calcetines de invierno, que te harían de colchón. Al llegar el frío te tendría que cambiar el colchón por unas sandalias. ¿Sino cómo camino por el suelo frío de mi casa? Para quedarte con mis calcetines y no helarte tendrías que comprarme unas zapatillas de andar por casa, pero entonces quizás me olvidaría de que te quedaste en el cajón. Mejor nos vamos los dos debajo de tu cama. Estaríamos un poco apretujados, pero vencería el miedo a los monstruos de tu mesilla de noche quitándole las pilas a la radio y desenchufando la lámpara. Ya buscaremos una solución a lo del despertador. Además, nos ahorraríamos la pelusa que pide asilo debajo de las camas con tal de no terminar en una bolsa de basura

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