jueves, 27 de noviembre de 2008

Lo siento pero no.

No te puedo dar trabajo repartiendo flyers, no das el perfil que buscamos.
No tengo fechas para que puedas usar nuestras salas.
Lo siento pero no tengo suficientes.... lo de la cabeza... para entenderte.
Disculpa pero creo que no tienes permiso para entrar.
Perdona pero ya está ocupado.
Lo siento, pero se acabó.

Estoy tan harta de haber pasado de grandes portales abiertos de par en par, con una portera que limpiaba el suelo antes de que yo lo pisara a encontrarme puertas minúsculas y cerradísimas. Necesito que me den lo que bebe Alicia para entrar en el país de las Maravillas y poder entrar por esas puertecitas. Necesito un conejo blanco de la suerte para que me guíe por el laberinto y luego quizás un príncipe, del color que sea. También una calabaza que se convierta en un descapotable rojo y que traiga de serie guantes de cuero y pañuelo de topos. Luego también querré un espejo mágico que me diga que soy la más guapa de mi piso. Añadiré a mi lista también una casa hecha de golosinas y chocolate. Creo que es solamente cuestión de tiempo o puede ser que yo me haya equivocado de cuento.

miércoles, 16 de julio de 2008

La semana pasada conduje una furgoneta yo sola desde Madrid hasta Barcelona. Siete horas de estar con uno mismo son muchas horas. Me puse un vestido mono, unas gafas a lo Sofía Loren y un pañuelo en la cabeza. Así le daba un toque agradable a la furgoneta vieja y hecha polvo que tenía que conducir. Así no me sentía tan camionera. El problema fue que no era la única persona a la que no le parecía una camionera. Al pararme en una estación de servicio para comprarme un refresco, decidí aparcar mal. ¿Qué más da, si no hay nadie? A un hombre barrigón y con pocos dientes no le pareció que diera igual. Se apoyó en mi ventana abierta con pose chulesca y me dijo;
"Nena, por ahí aparcan las furgonetas, esto es para coches. Jajaja. ¿No ves que aquí no cabes?" El muy imbécil. Qué ganas de atropellarle.
"Lo veo pero aquí hay sombra".
"Y tú tienes mucho calor.....grrr"
Me compré mi refresco y me fui. Por el camino pensé en una idea para una peli que en su momento me pareció genial; una camionera fea que va matando camioneros salidos como una especie de justiciera del Karma sexual mientras escucha a Louis Armstrong cantando Hello Dolly. Lo pondré en mi lista.

martes, 24 de junio de 2008

No quiero planes tibios. Los planes tibios que se queden en las bolsitas de té de los que toman té con pastas, en los discos rayados, en la campana del mayordomo o en las bandejas de las galletas sin chocolate.

Los planes tibios me aburren, me hacen pensar que soy una anciana con problemas cardiacos y que no se me puede excitar a riesgo de que me dé un ataque. Que la gente camine a mi alrededor dando pasitos de pluma por si acaso despiertan al dragón que suelta fuego solo hace que se produzca más fuego. Que no tengan miedo, que el fuego también sirve para cocinar, para calentar el ambiente en invierno o para quemar las malas experiencias, y ahora que estamos en San Juan es un buen momento para aprovecharse del dragón.

viernes, 28 de marzo de 2008


Sé que tienes un hueco para mí debajo de tu cama, pero me dan miedo los monstruos que hay en tu mesilla de noche. Encienden la lámpara de madrugada y ponen la radio. A veces hasta me cambian de hora el despertador. Creo que podrías caber en el cajón que me sobra en el armario. Tendrías que compartir con los calcetines de invierno, que te harían de colchón. Al llegar el frío te tendría que cambiar el colchón por unas sandalias. ¿Sino cómo camino por el suelo frío de mi casa? Para quedarte con mis calcetines y no helarte tendrías que comprarme unas zapatillas de andar por casa, pero entonces quizás me olvidaría de que te quedaste en el cajón. Mejor nos vamos los dos debajo de tu cama. Estaríamos un poco apretujados, pero vencería el miedo a los monstruos de tu mesilla de noche quitándole las pilas a la radio y desenchufando la lámpara. Ya buscaremos una solución a lo del despertador. Además, nos ahorraríamos la pelusa que pide asilo debajo de las camas con tal de no terminar en una bolsa de basura

domingo, 16 de marzo de 2008

Su amor en la red

Se enamoraron en la vida real, pero cuando intentaban materializar su amor no eran capaces. Decidieron que era más fácil si le ponían una capa de protección, pero el amor seguía creando palpitaciones difíciles de aguantar.

Pongamos más distancia, se dijeron.

Y así pasaron de las visitas diarias y del aprovechar cada excusa para verse a verse lo estrictamente necesario. Disimulaban lo que sentían porque era más fácil de llevar. Si encontraban por casualidad la inyección de adrenalina era tal que era mejor hacer como si no se hubiesen visto. Así siguieron, hasta que su relación se limitaba a los “hola, qué tal?” del Messenger, seguido por los “bien y tú? (K)” . Los símbolos corazón, flor y beso se convirtieron en su cena, vino y sexo.

Y finalmente se convirtieron en una Barbie y en un Ken, sin sangre ni corazón. “Forever Love” expresado en incluirse mutuamente en las listas de mails. No se olvidaban de agregarse en el facebook con la aplicación de “Love” con un corazón gigante como símbolo. El amor perfecto, plastificado y en código binario para vivir por siempre.