miércoles, 16 de julio de 2008

La semana pasada conduje una furgoneta yo sola desde Madrid hasta Barcelona. Siete horas de estar con uno mismo son muchas horas. Me puse un vestido mono, unas gafas a lo Sofía Loren y un pañuelo en la cabeza. Así le daba un toque agradable a la furgoneta vieja y hecha polvo que tenía que conducir. Así no me sentía tan camionera. El problema fue que no era la única persona a la que no le parecía una camionera. Al pararme en una estación de servicio para comprarme un refresco, decidí aparcar mal. ¿Qué más da, si no hay nadie? A un hombre barrigón y con pocos dientes no le pareció que diera igual. Se apoyó en mi ventana abierta con pose chulesca y me dijo;
"Nena, por ahí aparcan las furgonetas, esto es para coches. Jajaja. ¿No ves que aquí no cabes?" El muy imbécil. Qué ganas de atropellarle.
"Lo veo pero aquí hay sombra".
"Y tú tienes mucho calor.....grrr"
Me compré mi refresco y me fui. Por el camino pensé en una idea para una peli que en su momento me pareció genial; una camionera fea que va matando camioneros salidos como una especie de justiciera del Karma sexual mientras escucha a Louis Armstrong cantando Hello Dolly. Lo pondré en mi lista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo secundo